Tras la identificación de las necesidades educativas de niños y adolescentes que presentan dificultades en su desarrollo personal o desajustes respecto al currículo escolar por diferentes causas a través de la observación, la entrevista y los diferentes instrumentos de evaluación, se concretan las ayudas precisas para progresar en el desarrollo de las distintas capacidades dando solución a determinados problemas o previniendo la aparición de otras.
La intervención es planificada con carácter global considerando las capacidades y dificultades en los distintos ámbitos del desarrollo, su historia y proceso evolutivo, realizándose de forma coordinada con los ámbitos familiar y escolar.
Nuestra labor psicopedagógica se extiende también a las necesidades educativas especiales (discapacidad intelectual, física, sensorial y discapacidad múltiple), altas capacidades, trastornos de la comunicación, trastornos del espectro autista, trastornos específicos del aprendizaje así como al trastorno por déficit de atención/hiperactividad.
La discapacidad intelectual es un trastorno que comienza durante el período de desarrollo y que incluye limitaciones en el funcionamiento intelectual, así como también en el comportamiento adaptativo en los dominios conceptual, social y práctico. El inicio de las deficiencias intelectuales y adaptativas es durante el período de desarrollo. Existen diversos niveles de gravedad según el funcionamiento adaptativo (Leve, Moderado, Grave o Profundo).
Se diagnostica Retraso global del desarrollo en individuos menores de 5 años cuando el nivel de gravedad no se puede valorar de forma fiable y Discapacidad intelectual no especificada para individuos mayores de 5 años cuando la valoración es difícil o imposible debido a deterioros sensoriales o físicos asociados, problemas de comportamiento graves o presencia de trastorno mental.
En la discapacidad intelectual, diferentes áreas pueden verse afectadas: psicomotricidad, labilidad emocional, atención-concentración, orientación espacial y conciencia de la propia discapacidad.
La discapacidad física es una deficiencia de tipo motórico y/o visceral. Hay diferentes tipos según el sistema afectado:
DISCAPACIDAD SENSORIAL AUDITIVA
La discapacidad auditiva es la carencia, disminución o deficiencia de la capacidad auditiva total o parcial. Existen diferentes variantes de las características de la pérdida auditiva:
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DISCAPACIDAD SENSORIAL VISUAL
La discapacidad visual es la carencia o afectación del canal visual de adquisión de la información. Se consideran diferentes grados de limitación:
Afecta a personas con varias deficiencias de las cuales al menos dos tienen suficiente importancia como para afectar a las capacidades de la persona de manera significativa.
LA SORDOCEGUERA
En la sobredotación intelectual aparecen tres características comunes:
Se distinguen varios tipos:
Incluyen las deficiencias del lenguaje (palabras habladas, palabras escritas, lenguaje de señas e imágenes), el habla, es decir, la producción expresiva de sonidos (articulación, fluidez, la voz y la calidad de resonancia de un individuo) y la comunicación (todo comportamiento verbal o no verbal que influye en el comportamiento, las ideas o las actitudes de otro individuo).
Sus principales características son:
Estos trastornos se caracterizan por:
Las manifestaciones del trastorno varían mucho según la gravedad de la afección autista, el nivel de desarrollo y la edad cronológica.
Existen 3 niveles de gravedad respecto a la comunicación social y los comportamientos restringidos y repetitivos:
Trastorno caracterizado por:
Algunas características asociadas:
Con frecuencia se producen retratos leves del desarrollo lingüístico motor o social
Baja tolerancia a la frustración
Irritabilidad y labilidad del estado de ánimo
Deterioro en el rendimiento académico o laboral
Problemas cognitivos en las pruebas de atención, de función ejecutiva o de memoria asociados con el comportamiento inatento.
Es un trastorno del neurodesarrollo con un origen biológico que es la base de las anormalidades a nivel cognitivo que están asociadas a los signos conductuales del trastorno. Existen diferentes niveles de gravedad (leve, moderado y grave). Las características de éste trastorno son:
Las aptitudes académicas afectadas están sustancialmente por debajo de lo esperado para la edad cronológica del individuo e interfieren significativamente con el rendimiento académico o laboral o con actividades de la vida cotidiana.
Las dificultades comienzan en la edad escolar, pero pueden no manifestarse totalmente hasta que las demandas de las aptitudes académicas afectadas superan las capacidades limitadas del individuo.
No se explican mejor por discapacidades intelectuales, trastornos visuales o auditivos no corregidos, otros trastornos mentales o neurológicos, adversidad psicosocial, falta de dominio en el lenguaje de instrucción académica o directrices educativas inadecuadas.
Identificamos e interpretamos la relevancia evolutiva y educativa de un conjunto de señales de alerta o indicadores de posibles trastornos del desarrollo y discapacidades a niños de entre 0 y 6 años, de carácter transitorio o permanente o que pueden tener riesgo de presentarlos por cuestiones biológicas, diferenciándose de riesgo neurológico, de riesgo sensorial-visual, de riesgo sensorial-auditivo.
Con la detección de signos de alerta como posibles indicadores de trastornos en el desarrollo infantil existirán mayores garantías de prevenir patología añadidas, lograr mejoras funcionales y posibilitar un ajuste más adaptativo entre el niño y su entorno.
A través del diagnóstico se determinará cualitativa y cuantitativamente los trastornos o disfunciones, el conjunto de síntomas que puedan definir una entidad considerando la probable multifactorialidad (genéticos, de salud, psico-afectivos y del entorno) en un enfoque amplio que considere aspectos biológicos, psicológicos, educativos y del entorno social.
La intervención se realiza considerando el momento evolutivo y las necesidades del niño en todos los ámbitos con el objetivo de conseguir el máximo desarrollo físico, mental y social.
Tras la evaluación y el diagnóstico se intervendrá utilizando el método cognitivo-conductual para poder ayudar tanto a niños como a adolescentes, ante diversos problemas en relación a sus emociones y comportamiento, con el objetivo de modificar algunos aspectos de pensamiento y conductas que les impiden ser felices.
En la intervención será imprescindible la máxima implicación y colaboración de los padres para conseguir la mejoras de sus hijos, así como de otros miembros de la unidad familiar u otras personas que participen en su educación, atendiendo también a otros factores del contexto social del individuo.
Existen diversas causas por las que pueden necesitar intervención psicológica: